Si hay disgusto por una decisión

Es común reaccionar de manera explosiva a noticias que afectan nuestros puestos de trabajo, pero saltar airadamente de la silla para decir lo que se piensa a su jefe o colega no traerá nada bueno. Según Jeanne Brett, directora del Kellogg School’s Dispute Resolution Research Center, esperar a calmarse y analizar por qué la decisión resulta negativa para la empresa —y no sólo para la persona en cuestión— la ubicará en una senda más productiva.

La manera equivocada: “Me enteré de que el aumento de sueldo de Pedro fue el doble que el mío. ¿Es una burla? ¡Yo trabajo tres veces más que él!”.

Una manera mejor: Lo recomendable es contemplar el problema desde una perspectiva más amplia. Si una decisión es causa de infelicidad en una persona, ¿habrá otras que sientan lo mismo? Si la respuesta es sí, ¿cuál es la razón? ¿Cuál es el problema de fondo para ese equipo u organización? Brett aconseja dirigir la conversación de esta forma: “Me enteré de algo que no es bueno para la empresa y me gustaría ayudar a resolverlo”, en vez de: “Me molesta mucho que se haya tomado esta decisión respecto a mí”.

Después de descubrir que su colega recibió un aumento de sueldo mayor, una joven socia de un bufete de abogados empleó con éxito el método de Brett al plantear el problema como un reto para toda la organización. La empresa no se propuso ofenderla con la decisión, sencillamente otro socio había sido más convincente al solicitar el aumento de sueldo. En consecuencia, la abogada agraviada habló con el socio mayoritario y calificó el conflicto como falta de transparencia: “La empresa no tiene un sistema claro y equitativo para otorgar aumentos de sueldo”. Se ofreció a indagar cómo otras empresas resolvían el mismo reto y su investigación dio paso a un nuevo sistema, equitativo y transparente.