Meditar es más fácil de lo que crees – La Cueva del Ángel


Meditar es más fácil de lo que crees

La meditación es el arte de llevar nuestra atención hacia un punto en específico.

Puede ser una frase corta, una imagen, la llama de una vela encendida, un mantra o al sonido natural que se origina al inhalar y exhalar por la nariz.

A lo largo del día, estamos expuestos a una serie de estímulos del exterior que llevan a la mente a un constante movimiento. Vamos de la nostalgia de un pasado idealizado a la ansiedad de un futuro, casi siempre catastrofista, que es resultado de estos estímulos que recibimos a través de los sentidos, pues todo lo que vemos, escuchamos, olemos, saboreamos o tocamos, provoca una reacción que lleva a la mente a un estado de alerta.

Al enfocar la mente en un solo punto limitamos la dispersión originada por los sentidos que estimulan nuestro sistema nervioso y, en este proceso, surge una calma que tranquiliza la mente y nos lleva a un estado de contentamiento.

Te invito a experimentar este estado de paz, una conexión con tu ‘yo’ más allá de los estímulos externos, para llegar a un nivel de contentamiento natural. Sigue las instrucciones:

  1. Busca un lugar tranquilo y siéntate de manera cómoda, con la espalda recta. Si estás en una silla, no te recargues en el respaldo porque vas a encorvar la espalda. Procura también que las plantas de los pies toquen el piso y estén paralelas. Si te vas a sentar en el piso, utiliza un cojín para elevar las caderas por encima de las rodillas.
  2. Respira profundamente unas cuantas veces, cierra los ojos, y relaja el cuerpo tanto como puedas. Desde el estado de relajación que te brinda la respiración, identifica dónde hay tensión y lleva la atención a ese punto para relajarte al ritmo de tu respiración.
  3. Elige un mantra para meditar, así le das algo a tu mente en qué enfocarse. En este caso, repetiré mentalmente Vam al inhalar y Vam al exhalar; este mantra está asociado a la disminución de la ira y físicamente a la raíz de los genitales, ahí puedes llevar tu atención. Si no estás familiarizado con la repetición de mantras, puedes escoger una palabra o frase que tenga un significado especial para ti, ya sea personal o espiritual, por ejemplo: “soy perdón”, “estoy abierto a recibir amor”, etc.
  4. Comienza a ser más consciente del ritmo natural de tu inhalación y exhalación. Si puedes, repite mentalmente Vam al inhalar y Vam al exhalar, o la frase o palabra que hayas elegido. Si sientes que la mente se distrae vuelve a repetir el mantra, la frase o palabra que elegiste.
  5. Mantén la meditación durante cinco minutos o más. Al finalizar, abre poco a poco los ojos, agradece e incorpórate para seguir con tus actividades.

¿Cómo te has sentido? ¿Te pareció extraño repetir durante cinco minutos el mantra o la frase una y otra vez? ¿Te costó un esfuerzo considerable mantener la concentración?

Si respondiste afirmativamente a las dos últimas preguntas, no te preocupes, conforme incorporas la meditación a tu vida cotidiana, los frutos y los beneficios serán más evidentes. Así que medita, y todo lo demás vendrá.

Meditar es más fácil de lo que crees

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