Hablemos de la generosidad
Nadie te puede obligar a ser generoso; si te obligan, ya no es una acción generosa.
Nadie te puede obligar a ser generoso; si te obligan, ya no es una acción generosa.
Cuando dialogamos con Dios, en realidad establecemos una conexión que nos brinda una experiencia espiritual muy fuerte.
No está limitada a santos, místicos o profetas. Todos podemos practicarla, aunque es más fácil decirlo que hacerlo.
Aunque su misión parece muy sencilla, es el puente entre lo divino y lo humano.
Nunca somos los mismos después de ver una auténtica obra de arte.